Juan y Rubén preparados en la salida |
(JAVI) Aunque ganas no me faltaban, este año no pude acudir a la cita en Núria... así que no me quedó más alternativa que esperar en casa la crónica de mi hermano e intercambiar luego con él impresiones y comparaciones con nuestra participación del año pasado.
Como siempre, no solo no decepcionó, si no que además superó con diferencia su partcipación en 2012. Así nos lo explica:
(JUAN) La mañana es fría y estuvo lloviendo toda la tarde anterior… cómo no, las mejores condiciones para hacer una duatlón de montaña; pero qué diablos, ahí vamos!!!
Como siempre, no solo no decepcionó, si no que además superó con diferencia su partcipación en 2012. Así nos lo explica:
(JUAN) La mañana es fría y estuvo lloviendo toda la tarde anterior… cómo no, las mejores condiciones para hacer una duatlón de montaña; pero qué diablos, ahí vamos!!!
Así
comenzamos la crónica de esta duatlón de montaña por Queralbs, Fontalba,
Puigmal y Nuria.
Esta
vez Javi no está; se queda en casa con Juli en "DEFCON3" esperando un acontecimiento de unos 4 kg*… Pero me
acompañan mis amigos Iván y Rubén que igualmente dejarán el pabellón bien alto.
Domingo
6 de Octubre. 6:30 de la mañana. Nos despertamos y abandonamos las furgonetas
para poner las bicis a punto y preparar equipos. Rubén no para de ponerse ropa hasta parecer
una cebolla, pero cada uno conoce su cuerpo y lo que le hace falta para rendir
al máximo, así que, de los tres que somos, cada uno opta por una indumentaria
diferente acorde con sus características en una mañana de frío y nervios como
esta.
La
duatlón consta de un recorrido inicial de 11 km de subida en bici hasta
Fontalba, de aquí a pié a la cima del Puigmal, bajada a Nuria, y retorno a Fontalba, para terminar con la bajada a Queralbs nuevamente en bici.
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de la mañana. Todos dispuestos en la
salida. Nuestras caras reflejan la
incertidumbre típica de nervios, y las ganas por empezar ya!
La
salida es una plaza en Queralbs que desemboca en una carretera, es decir, un
cuello de botella que logramos salvar sin caídas por aglomeración de
participantes. Cada uno va cogiendo su
ritmo y vamos sacudiéndonos esos nervios iniciales. Poco a poco Iván y yo vamos adelantando
participantes y Rubén coge su propio ritmo haciendo lo mejor que puede subido
al hierro que lleva por bici. Durante el recorrido en bici vamos devorando km a
buen ritmo; voy a todo lo que tengo y, como esperaba, Iván se mantiene a mi
lado para darnos relevos y marcar el
ritmo el uno al otro. A dos km de
Fontalba lo vemos hecho, pero empezamos a notar los 11 kms de subida constante
sin llano alguno; sin dejar de pedalear
me resiento de la espalda y pienso lo arriñonado que estoy… es entonces cuando
escucho la voz de Iván: ¡¡TENGO UNAS
GANAS DE DEJAR LA BICI YA…!!, me doy cuebta entonces que no s no soy el único... esto me reconforta.
Llegamos
al final de esos 11 km a Fontalba en 1h13’, muy
buen tiempo, me animo; Rubén llega a solo 10’ de nosotros. Dejamos la bici y a mi casi me tienen que
echar del avituallamiento del hambre que llevaba. Hacemos una transición tranquila comiendo y
bebiendo, conscientes de que los 5” que podamos ganar en salir rápido se pueden
traducir en minutos perdidos si luego nos da una “pájara” por falta de alimento
o hidratación.
Vistas subiendo al Puigmal |
Nuestro tiempo de ascensión es de 1h 9’: muy bien, me repito a mi mismo una vez
más para animarme. Rubén pasaría a 20’
de nosotros. Nos acercamos al
avituallamiento para reponer fuerzas devorando lo que encontráramos cuando… oh!
Sorpresa! Las barritas energéticas del avituallamiento estaban
congelándose. Pero no era esto lo que
más preocupaba… en seguida eché un vistazo rápido al agua: necesito hidratarme –grité hacia mis adentros- cuando los propios
responsables de la carrera en la cima, al ver mi cara, se apresuraron a
comentarnos que el agua de los avituallamientos se les estaba congelando, pero
que aun podíamos echar mano de esta.
El Valle de Nuria |
La situación es: Iván tirado en el suelo intentando
gritarme que pare pero no le sale la voz debido a la contractura; yo bajando
como un caballo desbocado no le oigo y pienso que aún le llevo detrás. En un momento dado me giré buscándole: vamos! vamos! le animaba, y os
prometo que me pareció entender: tira,
tira! (seguramente delirios producto de la euforia, o algún otro corredor
que respondió pensando que los ánimos eran para él, jajajaja). Al no tenerlo justo detrás
di por hecho que, como íbamos adelantando corredores, estaría tres o cuatro posiciones más atrás…
después me enteré de que la realidad era bien distinta...
Llego a Núria y me giro para ver llegar a Iván; mientras aprovecho para alimentarme y estirar
un poco; a los 5’ Iván aun no ha llegado y decido continuar comiendo y
estirando… pero ya me da por pensar que quizás el dolor de espalda del día
anterior le había hecho retrasarse en algún momento.
Lo cierto es que Iván se quedó durante media hora estirado
en el suelo sin poder moverse del dolor.
Rubén se lo encuentra, le explica lo que le ha pasado y le dice que
abandona la carrera. Pero la suerte
estaba de su lado: una fisioterapeuta pasaba por ahí para animar a su marido
que era participante de la duatlón y al verle se hizo cargo de él; literalmente
le “drogó” a base de voltaren y algo –que no sabemos el qué- le inyectó hasta
que pudo levantarse y seguir a un ritmo menor, pero seguir. Desde aquí le damos las gracias a esta
anónima por su increíble botiquín y por su generosidad al utilizarlo con mi
amigo.
Dejando Nuria atrás camino a Fontalba |
Hacia Fontalba voy a buen ritmo. Parece mentira pero aun me dan las piernas para trotar en el trayecto
tipo tobogán, pienso; es de poco desnivel, cierto, pero rompepiernas. Sobre la hora de trote veo en la lejanía la
llegada a Fontalba y me da un subidón: lo
único que me quedaría seria la bajada en bici hasta Queralbs, así que doy
todo lo que me queda.
Comienzo la bajada después de hidratarme un poco. No
queda nada, la meta esta próxima, o no...
Durante mi descenso voy adelantando algún participante; la
bajada es buena pero técnica debido a la grava de la pista que hace que no te
puedas salir de la trazada. De repente
noto que no gobierno la bici tal como yo queria… incrédulo grito –otra vez para
mis adentros porque no me gusta “dar la nota” en público- ¡¡NO PUEDE SER VERDAD!! He pinchado. A falta de 5 km la impotencia hace que quieras
prenderle fuego a la bici!!! Me repongo rápido e intento poner soluciones. La más rápida es inflar la rueda sin
cambiar a ver si llego a la meta… pero es imposible: en algún momento he dado
un bote y he pellizcado la cámara, hay que cambiar. Tardo 9’ en toda la operación de cambio de
rueda mientras las demás bicis me adelantan haciendo exclamaciones sobre mi
mala suerte (que no reproduciré aquí...)
Entre ruedas y maldiciones me llama la atención que Iván no me adelante,
sobre todo por como baja Ivan con la bici y porque confiaba en que no lo
llevaba muy atrás.
Finalmente consigo llegar a la meta no sin antes ver otra
desgracia peor: hay uno de los participante
estirado en la llegada… cuando me aproximo veo que es la clavícula, un clásico
en carreras de este tipo.
Mi tiempo total es de 4 h 27’, bajando en 10 minutos el
tiempo que hicimos el año pasado Javi y yo; me alegra porque es un resultado
que responde a la experiencia ya que es mi segundo año, y al esfuerzo ya que
llevo corriendo por montaña con Javi unos meses. Estaba más preparado que el año anterior y eso
se refleja en el resultado y sobre todo, en lo mucho que disfruté!
Esperando en la meta a que lleguen mis compañeros se
llevan en ambulancia al participante caído.
A los 30’ minutos llega Rubén (muy bien bicho!!!), haciendo buena marca
teniendo en cuenta que casi no ha entrenado y, curiosamente, aunque lleva tres
capas de ropa encima el tío manifiesta no tener calor... jejeje.
(Izq.-Dcha.) Rubén, Juan, Iván, Esteban |
Rubén me pone al tanto de lo sucedido con Iván así que
recogemos y vamos a la Plaza de Queralbs donde está la "tarima de personalidades
varias" y un pequeño picoteo montado. Reponemos algo de fuerzas, hacemos estiramientos,
foto de rigor en la pancarta de llegada y vamos al cremallera a esperar a Iván
(supuestamente). Al rato nos llama
diciendo que está esperándonos en la furgo y que ha TERMINADO LA
CARRERA!!! Solo 5 h 30’ contando la hora
que permaneció estirado, es mi héroe! O un inconsciente, pero como él mismo dice:
NO SABEMOS RETIRARNOS!
Al Ca l’Anna a comer...
*Nota: Durante la creación de esta crónica nacerá
el “acontecimiento” que Javi, Juli y el resto estábamos esperando con tantas
ganas y que, por suerte para su madre, no fue de 4 kg sino de 3,580 kg, que
tampoco esta mal. BIENVENIDO JULEN!!!!
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